Diciembre 17 de 2003.

He decidido responderte, aunque en español, aquella palabras que han conmovido mi alma, y han materializado en mi, tantas cosas que, tal vez por humano no he querido dirimir en mi vida.

Tal vez el dialecto que he utilizado para expresarme, no ha tenido la elocuencia que muestra transparente el pensamiento. Tal vez en forma abrupta, he querido apantallar misteriosamente mis temores...no por el daño que me hicieron, sino por lo que me dejé de hacer.

No desprecio el cúmulo de sentimientos que abruptamente volcas hacia mi, mas bien le pongo un gotero para recibirlo a cuentas de no asustarme con tan hermosos sentimientos. Tal vez porque aprendí de mala manera que el necesitar era señal de debilidad y que el expresar el querer estar con alguien, era manifestar la ausencia más que la presencia.

No sé que diablos hice de mi, que aunque risueño ante la gente, busco esa sensación de ser feliz y no la encuentro. No sé donde se perdió esa mirada dulce que expresara amor y que fuere correspondida, que a gritos pidiera estar unida al paseo eterno que muestra la embriaguez del amor. No sé donde quedó esa unión de cuerpos que se entrelazan para ser uno, y que al contacto de la piel, arden en pasión pretendiendo definir la mezcla que le da significado al hacer el amor. Reconozco que dentro de mi esquema, he olvidado muchas cosas. He visto pasar a mi lado la riqueza del amor, y he preferido la pobreza. He olvidado quien soy y me he amurallado.

Tal vez el encontrar a alguien como tú fuera lo ideal. Pero lo cierto es que olvidé dejarme llevar por la embriaguez del soñar, y pisando tierra entre el vino que me enviaste y el tacto al mundo real, simplemente deambulo, sin pensar en qué será mañana o tal vez lo pienso demasiado. Mi embriaguez ya no viene del éxtasis que produce el vino al degustarse finamente en el paladar. Viene más bien del agotamiento, de la búsqueda infinita que a los cortos años te enseña a sentir el desgaste, de las canas que salen sin ser invitadas, y te hacen viejo...marcan el cansancio y orillan al corazón a ver si deja de agrietarse.

Sólo quería decirte, que no quisiera que te alejaras, y que el papel que desempeñes en mi vida, sólo lo define el tiempo, pero que a gotas, el vaso siempre se llena.

Simplemente toma en cuenta eso, y en la medida que avances, tu tienes la madurez suficiente para saber a donde ir.

Al